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Jorge Araneda, el Magallánico que se enamoró de la hípica viñamarina

Actualizado: 24 dic 2024

Por Daniela Muñoz C.

Directora Indice1.cl

Jorge Araneda junto a Michelitina
Jorge Araneda junto a Michelitina

Jorge Mauricio Araneda Mancilla nació en Punta Arenas y desde muy pequeño, soñó con lo que hoy en día ha logrado concretar, ser preparador de finas sangres de carrera. Su vida profesional ha estado marcada por la perseverancia y la pasión, lo que lo ha llevado a ser uno de los preparadores más queridos de la hípica viñamarina. La humildad y la dedicación por los caballos son valores que lo destacan día a día en este mundo tan competitivo. En exclusiva, Jorge Araneda conversó con Indice 1 sobre sus sueños y el camino que ha recorrido para llegar hasta donde está en estos momentos.


¿Cómo llegó a la hípica?


Es una historia larga. Crecí en Punta Arenas, donde había un hipódromo. Mi familia asistía a las carreras, y mi abuela vivía a dos cuadras del recinto. Mi padre, quien se crió en ese barrio, conocía a muchos jinetes y preparadores. Desde niño, me llevaban a las carreras, pero cuando estaba castigado, me subía al gallinero de mi abuela, justo frente a la tierra derecha. Desde ahí miraba las carreras, aunque estuviera lloviendo, y no me bajaba nadie de ese lugar hasta que terminara la carrera. Así empezó el gustito y los sueños de formar parte de ese mundo. Ese gusto y esos sueños se fueron cumpliendo con el tiempo que es lo principal.


    Club Hípico de Punta Arenas
Club Hípico de Punta Arenas

¿Y por qué decidió ser preparador de fina sangre de carreras?


Por ese gusto que tenía de niño, cuando tenía como 23 años, me fui a vivir a Santiago entré a cuidar caballos, donde Jorge Inda Meyer y con don Álvaro, también trabajé, cuidé caballos, había buenos caballos en los dos corrales, algunos fueron exportados a Estados Unidos. Yo de ahí dije, algún día voy a preparar, no sé cómo, pero algún día voy a tener que preparar caballos. Después de trabajar con Inda, entré a trabajar en un banco, ahí estuve 16 años, llegué a ser jefe de operaciones y cuando vino la fusión del banco Chile con el banco Edwards, ofrecían pagar todos los años de servicio, imagínate llevaba casi 16 años; yo dije “no, aquí está mi oportunidad”. Y me retiré, me pagaron todo, me fui a Nueva York, estuve una temporada allá. Volví y me compré un caballo, me vine a Viña y así partí de la nada, pero había cumplido el sueño. Yo sabía que iba a ser muy difícil que no iba a ser la vida que llevaba en el banco. Pero también sabía que había que cumplir los sueños, algo que es fundamental en la vida. El dinero en realidad me da lo mismo.


¿Cuál fue el primer caballo que preparó?


El primero fue el caballo Potro Chino. Ese caballo lo compré en un remate, era un caballo argentino, que era perdedor lo cuidaba yo mismo y la primera vez que lo corrí, figuró y después ganó altiro, de hecho, en toda su trayectoria me ganó 18 carreras. De las cuales 5, fueron en el hipódromo Chile. También, yo debuté en el hipódromo Chile con ese caballo y ganamos al tiro, me acuerdo que me lo corrió el jinete Luis Rivera, así partimos.


¿Cuál es el proceso de entrenamiento que sigue con un caballo de carreras?


Si es un caballo en training, siempre mucha observación del caballo. Yo estoy todo el día en el corral, así que yo los observo mucho. Primero, depende del peso del caballo el tipo de entrenamiento que se le puede hacer y por otro lado sí un caballo es muy nervioso, igual hay que bajarle un poco el entrenamiento. La cosa es que el caballo no se sienta estresado, para mí eso es fundamental.


Quitarles el estrés a los caballos es algo que aprendí en Estados Unidos con el preparador que estuve yo que era de California. Pero estábamos en Nueva York donde se trabajaba mucho en lo que es quitarles el estrés a los caballos, debido al encierro entonces es un trabajo arduo y hasta el día de hoy trato de aplicarlo lo más que se pueda.


¿Cómo elige a los jinetes que montan sus caballos?


Esos son gustos personales nomás, no necesariamente tiene que ser mejor o el peor, sino que uno tiene su jinete; algunos que han sido súper leales conmigo todos estos años, Rodolfo Fuensalida, Israel Villagrán, muchos años que me corren a mí, desde que partí en realidad. Así que siempre han sido parte del corral y el resto, de repente por los kilos que lleva el caballo, ahí voy buscando jinetes, pero de repente no hay jinete para un caballo y hay que echar a otro porque tenía otra monta, pero trato de que sean muchachos bien profesionales y que se la jueguen.


¿Cómo es la relación con sus propietarios?


Tengo la suerte de tener buenos propietarios que me dejan trabajar tranquilo. Y eso, es fundamental en esto, esto es muy caro, entonces uno también los entiende; de repente no hay resultados o quieren que los caballos corran más seguido, pero uno les explica que un caballo, aunque corra más seguido, si no está a punto, no va a ganar, siempre hay que tratar de cuidarlo y tratar de presentarlo lo mejor que se pueda. Pero en general yo tengo clientes, ya muy antiguos y trabajo tranquilo con ellos. No tengo ningún problema con ninguno de ellos.


¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta un preparador de la hípica chilena?


Uno siempre aspira a tener mejores caballos para poder correr clásicos importantes, pero no siempre se puede, eso es lo que nos falta. Por ahora hemos ganado hartas carreras, pero generalmente con caballos más humildes y esperamos contar algún día con algún caballo con el que podamos correr algún clásico de grupo, que es el sueño de todo preparador.


¿Cómo ha visto la evolución de la hípica chilena a través de los años? ¿Usted, que también estuvo en Estados Unidos y pudo en la hípica de allá? ¿Cómo ve la hípica chilena ahora?


Irregular, la verdad que yo creo que no hemos avanzado. Tratamos de copiar muchas cosas de los de afuera, como es el control de doping y cosas así, pero yo creo que nos falta buscar más aficionados a la hípica, más marketing, en todo eso, para que suba el juego, si no hay juego, la hípica no va a progresar. Entonces yo creo que por ahí va la cosa, uno ve que en otros países del mundo, los días de clásico son verdaderas fiestas, no es solamente mostrarle a la gente un caballo de carreras y que corran, sino que hay patios de comida, hay otros tipos de entretenimiento para que vayan con los niños. Yo creo que ahí estamos muy lejos, hay mucho que hacer todavía.


¿Cuál ha sido el momento más importante de su carrera?


No sé, lo que pasa es que yo me siento tan feliz con lo que he hecho, que todos los días me levanto con el mismo ánimo de estar con mis caballos y entonces hay diferentes momentos o de repente cuando uno gana un clásico y la gente cree que porque te ganaste el clásico es el momento más feliz desde que estas en la hípica. Y de repente gana un caballo, un índice 1 que es muy limitado y tú no sabes la alegría que me da, que un caballo sea tan noble de poner todo de su parte para ganar. Entonces son momentos felices también. Entonces elegir uno, no tengo.


¿Y alguna victoria que recuerde con más cariño?


Quizá cuando gané mi primera carrera en el Hipódromo Chile, porque yo sabía que el caballo andaba bien, ya era un caballo viejo, de 7 años y recién fuimos a debutar al Hipódromo Chile. Pero bueno, y con lo rápida que es la cancha del Hipódromo Chile, hizo una atropellada que no se me va a olvidar nunca. Yo creo que es la carrera que siempre voy a recordar, me dieron ganas de salir corriendo donde el caballo para ir buscarlo.


¿Cuáles son sus proyecciones a futuro?


Tratar de algún día tener un caballo para correr el proceso selectivo. Y el resto, no soy de esos preparadores que andan todo el día preocupado de la cantidad de caballos que tiene a mí. Yo no me veo con muchos caballos tampoco, porque le puedo dedicar más tiempo a cada uno. Yo no creo que la cantidad te haga ganar más carreras, sino que el tiempo que tú le dediques a los caballos, entonces tener un número cercano al que tengo y ya tengo cerca de 30, pero tampoco me interesa crecer mucho más, me gusta, así como estoy. Me gustaría que a esa cantidad de caballos poderle sacarle el máximo rendimiento y dedicarle el tiempo que se merecen.


¿Qué legado le gustaría dejar en la hípica chilena?


Yo creo que la en la vida hay que ser un buen tipo nomás, yo no sé quién deje legado hoy en día, pero yo digo que hay que ser buena persona, cuesta tanto encontrar buenas personas, que lo importante es que a uno lo recuerden así.


¿Qué lo motiva a seguir en el mundo de la hípica?


Uno sacrifica su vida porque está todo el día acá, yo estoy de lunes a domingo. Yo tengo en este momento 3 corrales y por las tardes los recorro todos. Al final, yo estoy todo el día aquí. Dicen que es sacrificado, pero yo lo hago con gusto, igual uno a veces se cansa, pero siempre he dicho cuando uno ya ve que no tiene fuerzas para trabajar, mejor se va, hasta ahora vengo feliz, ya tengo 65 años, pero trabajo a la par con los muchachos. El día que sienta que no tenga fuerza o que me empiece a aburrir porque la cosa está muy difícil y ande reclamando todo el día, me voy a ir.


¿Cómo logra un equilibrio entre su vida personal y la profesional?


Ya no lo logré jajaja. Esto es muy absorbente y no es solamente aquí, imagínate en Estados Unidos que hay metting que son de 3 meses, no hay familia, no hay nada, no ves crecer a los hijos, pero por algo lo elegiste o tal vez era tu destino. Pero lo que tú me preguntas, ya no lo logré, ya me quedé aquí pagando los costos, pero igual soy feliz con lo que hago y no me cuestiono eso.


¿Qué cree que lo diferencia de los otros preparadores?


La paciencia y la perseverancia. Yo siempre digo, muchachos, paciencia y perseverancia aquí si no te resultó nada al otro día con las mismas ganas, mismo entusiasmo, todo yo se lo inculcó a los muchachos que trabajan conmigo. Que hay que seguir luchando y si te caíste, te vuelves a levantar, pero siempre pa adelante, nunca para atrás. Paciencia y perseverancia es la clave.


¿Y qué significa para un preparador contar con un propietario tan entusiasta, como Ángelo Gaudio del Stud Pompita, que le da otro toque a la hípica?


El caso de Ángelo es bien especial, porque si yo le digo al Ángelo, sé que tenemos 8 caballos, te los voy a correr una vez al mes, siempre me va a decir perfecto, nunca va a decir que no, que corrámoslo más seguido, es todo lo contrario. Me deja trabajar tranquilo. Y ya hace muchos años que le tengo caballos, partimos con uno y confía plenamente en todo lo que yo hago, siempre me está apoyando en lo que sea, entonces es bien especial como propietario. Además, es también un amigo, entonces yo sé que es un respaldo, no solamente en lo profesional, sino que, en lo personal, así que es super importante para mí y entusiasta. De repente el caballo figura, hay otros dueños que cuando el caballo solo figura no están contentos; él es feliz con ver correr a sus caballos, es mucho apoyo de parte de él y estoy muy agradecido.


Michelitina junto a Israel Villagrán, Ángelo Gaudio y Jorge Araneda.
Michelitina junto a Israel Villagrán, Ángelo Gaudio y Jorge Araneda.

¿Qué mensaje le gustaría dejarle a las próximas generaciones, a los cuidadores que se quieren convertir en preparadores en un futuro?


Que luchen por sus sueños, eso es importante, realmente uno lo ve tan lejano pero que lo hagan, que sigan luchando, no se queden ahí ni con frustraciones, sino que sigan aprendiendo. Y que algún día les va a llegar su oportunidad.


¿Y un mensaje para los apostadores, que son los más críticos a la hora de ver el trabajo de los jinetes y de los preparadores?


El apostador para mí es el pilar fundamental de la hípica. El apostador que quien hace la hípica y yo creo que tienen que fijarse siempre, indistintamente a las llegadas a la última llegada, que tenga un caballo, ver el rendimiento de los preparadores. En los programas, sale el nivel de rendimiento, yo creo que por ahí hay que buscarla la cuerda, se tienen que fijar que siempre el caballo la va a estar luchando. Pero la estadística no muestra mucho eso, deberían considerar que hay preparadores, por ejemplo, en un caso, un colega que va a correr a Santiago es Ximeno Urenda, va a correr los caballos a Santiago y si no gana, figura, o sea, si yo soy apostador y viene un caballo de viña a Santiago, yo voy a poner un caballo Ximeno, sí o sí, no importa quién sean los rivales, porque tiene una eficiencia espectacular, pues, o sea, yo creo que siempre hay que fijarse en eso también.


Finalmente, ¿algún mensaje para los seguidores de Indice 1?


Que apoyen a este tipo de portales porque no todas las personas tienen la oportunidad, de repente, algunos portales se le cierran algunas puertas y yo creo que eso está mal porque todos suman a los hipódromos, a todos los portales deberian darles la oportunidad de trabajar los días de carrera y no cerrarle puertas por qué todos aportan su granito de arena a la hípica y no solamente algunos, entonces que sea más equitativa la cosa.



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