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Ximeno Urenda, el león de la hípica viñamarina


Por Daniela Muñoz C.

Directora de Indice1.cl

Ximeno Urenda
Ximeno Urenda

La hípica viñamarina tiene un romanticismo que pocos logran apreciar. Ximeno Francisco Urenda Pastene, un apasionado de esta ciudad y, especialmente del Valparaíso Sporting, tomó la decisión de dedicar su vida a la preparación de caballos en el recinto que lo vio crecer. Ingeniero de profesión, a sus 50 años ha alcanzado la gloria en más de mil oportunidades y ha logrado representar a Chile a través de Latinoamérica.


Con una sonrisa que lo distingue, el preparador conversó con Indice 1 sobre su carrera profesional, los desafíos que tiene por delante y su estrecha relación con su gran amigo Savitar.


¿Cómo llegaste al mundo de la hípica?


- Mi familia siempre ha estado ligado a la hípica, eran propietarios, por eso desde chico, incluso antes de nacer, mi papá ya estaba metido acá. He estado toda mi vida aquí, antes del otro lado, como apostador y propietario más que del ámbito de los gremios.


¿Y crees que tu familia es parte importante del Valparaíso Sporting?


- Sí, sin duda. Mi tío Beltrán fue director harto tiempo, luego fue vicepresidente, mi abuelo también formó parte del Sporting trabajo acá de comisario y mi papá por muchos años fue jefe del área hípica, estaba a cargo del handicaper, también de los corrales. La familia ha estado metida aquí por bastante tiempo.


¿Qué importancia tiene tu padre y don Beltrán Urenda en tu entrada al mundo de la hípica?


- Ellos fueron fundamentales al momento de decidir ser profesional. Mi primer cliente importante fue don Beltrán que tenía los caballos del stud Quo Vadis y mi papá era quien me hinchaba todo el tiempo para que yo me atreviera y tomara la decisión de dedicarme profesionalmente a ser preparador.


Cuéntanos un poco más de la relación del Stud Quo Vadis con tu familia


- El Stud Quo Vadis, el titular es mi papá, él es el dueño de los colores y los caballos de la familia corrían con esa chaquetilla. El dueño de los caballos era Don Beltrán, que era el hermano de mi abuelo. En el fondo eran de la familia, así que siempre hemos estado detrás del Quo Vadis con todos sus ejemplares.


Si te mencionamos al caballo Il Leone ¿Qué se te viene a la mente? 


- Il Leonel con él me gané la carrera 60, pasé a ser preparador de primera categoría y era del Quo Vadis precisamente, ese día ganó con Juan Hermosilla, un jinete con el que ganamos bastantes carreras, era la primera monta del stud durante harto tiempo, pero desgraciadamente tuvo un accidente después y tuvo que dejar de correr.


¿Cómo tomaste la decisión final de querer preparador? 


- Yo comencé como ayudante de mi tío Rodrigo, él sacó patente, más o menos por el 2003 y cuando tuvo su patente me entusiasmé. Dejé el trabajo que tenía y me vine a trabajar con él ayudándole. Después a mi tío le empezó a ir bien, le ofrecieron unos caballos en Santiago, estuvo a cargo del stud Los Tanderos allá y necesitaba alguien que se hiciera cargo del corral, de viña, así que me dijo que los caballos los viera yo y él veía los de Santiago. 


Finalmente, me dijo saca tu patente y que los caballos corran a tu nombre, si al final el que está a cargo de Viña eres tú y me impulsó a que partiera definitivamente corriendo a mi nombre.


¿Con qué caballo lograste tu primera victoria y cómo fue ese triunfo?


- Ese día ganamos con un ejemplar del stud Dacamaxi, que es de un muy buen amigo de mi papá, Cristian Rojas, y fue de los primeros propietarios que tuvimos en el corral. Ganó la carrera de perdedores 1000 metros con Israel Villagrán, que nos montaba bastante en esa época, en una linda atropellada. Fue bien emocionante para nosotros. Por supuesto que siempre recuerdo ese triunfo con mucho cariño y con bastante nostalgia, ha pasado harto tiempo, pero sigue grabada esa carrera.


¿Crees que tu amistad con Carlos Saavedra, propietario del stud Los Leones, marcó un antes y un después en tu carrera como preparador?


- Sí, la verdad es que uno va teniendo hitos en su carrera como preparador y la llegada de Los Leones indudablemente fue un golpe de energía grande al corral. Han aportado con caballos de grandes líneas sanguíneas, de tremendo físico, con ejemplares así se puede trabajar, no sé si mejor, pero se puede optar a mejores competencias y por lo mismo hemos estado metidos en los grandes clásicos desde la llegada del Stud. Antes también tenía caballos buenos, pero eran 1 o dos por año y él aportó mucho para poder mejorar.


Ustedes con Carlos se conocen desde muy jóvenes, pero ¿cómo se llegaron a unir por la hípica? 


- Fuimos compañeros en el colegio, desde chicos. Yo llegué a los Padres Franceses en cuarto básico y fuimos amigos desde ese momento. Después por la universidad cada uno tomó su rumbo, él estudiaba en la Santa María, yo estudiaba en la Viña del Mar y nos veíamos de repente en los asados del colegio y cosas así.


Yo le conté que me estaba dedicando a los caballos y él siempre me decía compremos uno, metámonos en los caballos, pero así como lo ha dicho él me lo han dicho varias personas y al final no se concreta nada, por lo mismo yo no le daba mucha bola al principio.


Hasta que en uno de los últimos asados me dijo: ¿cuándo compramos un caballo? Para su suerte justo había un remate del Haras Don Alberto el martes siguiente; así que fuimos a la feria de criadores y compramos a León de Quilpué, un hijo de HenryTheNavigator, ganó varias carreras y figuró un par de clásicos.


Con el paso del tiempo Carlos me dijo: "Me gustó esto de la hípica, pero yo quiero que corramos El Derby". Yo le dije que era lo que había soñado siempre, pero para eso hay que comprar caballos de más calidad y hay que gastar más plata. Él me dijo que buscáramos un caballo con esas características. 


Y tuvimos la suerte de comprar Savitar, también compramos a Sud Americano, que todavía está con nosotros, y compramos otro potrillo que no dio el resultado que queríamos. Pero Savitar nos instaló inmediatamente en las grandes ligas; debutó, ganó y después estuvo siempre metido en los clásicos. Terminó corriendo El Latino, El Derby, el Gran Premio, cuanto clásico pudo. Incluso, puso un récord acá en la cancha para la Copa El Mercurio. Él ha tirado el carro desde ese momento, siempre tenemos la esperanza que nos aparezca otro como él, pero es difícil, no salen todos los días.


Sin duda que la inversión de Los Leones irrumpió con mucha fuerza en el corral.


¿Qué significa Savitar para ti?


- Savitar es como un amigo, hemos estado en tantas que uno le tiene un cariño especial, lo conocen en mi casa y es como el emblema del corral. Le tengo un cariño inmenso, ahora lo vamos a jubilar porque tiene un detallito menor en un  nudo, pero no queremos exponerlo a que se agrave de eso y vaya a terminar lesionándose. Ya se ganó todo lo que tenía que ganarse: el respeto de nosotros, pasear por Sudamérica, conocimos San Isidro, Maroñas y casi ganamos El Derby. 


Es mi amigo, por eso hay que respetarlo y ya le toca descansar.


Ximeno Urenda y Savitar
Ximeno Urenda y Savitar

¿Y se va a ir de reproductor?


- Yo creo que vamos a hacer el intento con él, es un caballo que viene de Scat Daddy, es nieto, no es hijo directo. Scat Daddy ha dado muestras de ser un potrazo, los hijos de él han sido grandes reproductores porque no pensar que su nieto también puede hacerlo y ver en que termina la historia de Savitar.

Fotografía del homenaje realizado el día 19 de noviembre por el Valparaíso Sporting a Savitar, tras realizar su último galope en la cancha de pasto
Ximeno Urenda y el retiro de Savitar

Fotografía del homenaje realizado el día 19 de noviembre por el Valparaíso Sporting a Savitar, tras realizar su último galope en la cancha de pasto


De tus más de 1000 triunfos, ¿cuál es la carrera más importante y significativa que has ganado?


- La más importante yo creo que ha sido la Copa Jackson. Es una carrera tradicional, además ganamos con un caballo que en el papel no tenía la primera opción pero derrotó de forma contundente a sus rivales, que no eran menores. Le ganó a Lukka, que después ganó el Gran Premio en el Club Hípico de Santiago, le ganó a Mi Elegido que luego era el mejor millero del Club Hípico. 


Yo creo que esa es la carrera más importante que hemos ganado, pero espero que la más importante todavía esté por venir, pero por lo menos hasta ahora esa es la más destacada.

Germanicus
Ximeno Urenda celebró con Germanicus la Copa Jackson.

¿Y qué clásico sueñas con ganar? 


- El Derby, pero también me gustaría ganar el Gran Premio y el St. Leger, pero El Derby es lo ideal, especialmente para uno que es viñamarino y que ha venido desde chico. Imagina que yo vivía en Los Castaños con mi papá y veníamos a ver los caballos que iban a correr cuando los trabajos eran los domingos.


Hemos estado siempre bien impregnados y medios fanáticos de la carrera, ya participar era bonito, nos faltó poco para ganarla, así que quedamos con esa sensación de que en algún momento se puede ganar, por eso esperemos que se dé y sea un bonito momento.


Han logrado representar a nuestro país en varios premios latinoamericanos. ¿Qué se siente llegar a esa importante carrera?


- La verdad es un orgullo inmenso, a veces uno no dimensiona lo que es estar en una carrera de este tipo, pero cuando uno llega allá y ve los preparadores de los rivales, ve los jinetes que van a participar en la carrera, se da cuenta que es una oportunidad única que no se puede desaprovechar. 


Nosotros este año fuimos con un caballo que era suplente, buscamos la nominación en la cancha, pero desgraciadamente tuvimos hartos contratiempos en esa carrera clasificatoria (Cl. Valparaíso Sporting), llegamos cuartos, nos dieron el tercero porque lo molestaron harto a Roheryn y habíamos quedado un poco con la cara larga, porque no habíamos podido lograr la nominación. Entonces se bajó el caballo Mi Elegido y nos llamaron para ver si estábamos dispuestos a correr y dijimos inmediatamente que sí, porque representar a Chile en lo que sea yo creo que es un orgullo. 


Y, si bien es cierto en el papel el caballo tenía muy poca opción, nos tratamos de jugar por entero la opción que teníamos, participó de la carrera, hizo una linda presentación a mi parecer; entró al derecho, le puso emoción, alcanzamos a pegarle un par de gritos, después sucumbió pero por lo menos hizo el intento y con eso uno se va tranquilo. A veces uno da la vuelta y el caballo no entra en carrera en ningún momento, queda un poco desanimado, pero al contrario, nosotros nos vinimos bien tranquilos, orgullosos de lo que hicimos y con ganas de volver a estar en esa instancia.


Uno está allá codeándose con Juan Suárez, conversando en las tardes, un tipo con una experiencia inmensa, preparador más ganador de la historia de la hípica; ves a Jorge Ricardo que aparece de repente, los mismos argentinos, Etchechury de una familia hípica inmensa; estar con Don Pato Baeza y con Juan Pablo, preparadores que más carreras han ganado en Chile; Don Oliverio Martínez, que fue esta vez y compartimos mucho. Son experiencias de vida que a uno como preparador le van aportando mucho, te da un aprendizaje que hay que atesorarlo, porque la hípica es de eso, también de vivir momentos y poder sacarle el mayor provecho a todo.

Oliverio Martínez, Patricio Baeza y Ximeno Urenda en los días previos al Gran Premio Latinoamericano 2023
Oliverio Martínez, Patricio Baeza y Ximeno Urenda en los días previos al Gran Premio Latinoamericano 2023

La vida de un preparador no es fácil porque es un trabajo 24/7, ¿cuentas con el apoyo total de tu familia?


- Sí, la vida del preparador es 24/7, no puedo decir que no es fácil, pero tampoco es un sacrificio inmenso. Nosotros hacemos lo que queremos, somos como un futbolista más o menos. Nos levantamos a entrenar, a estar con el caballo, verlo galopar; no estamos detrás de un computador, no estamos ahí atendiendo público, estamos en la pasión, en lo que nos mueve. Tenemos toda la semana la posibilidad de mostrar nuestro trabajo, de ponernos a prueba, de tratar de ganar carreras. 


Es indudable que hay que ponerle todo el empeño posible y es una pega que consume mucho tiempo, hay que dejar de lado a la familia de repente en feriados, en fines de semana, a veces hay cumpleaños, cosas que no se puede participar, pero por suerte que mi familia entiende que la pega de uno es así. Uno vive de un espectáculo, así que los días que a lo mejor son quizás para el esparcimiento de unos son también los mejores para las jornadas de carreras, así que es demandante de tiempo, pero yo feliz, yo estaría todos los días metido en las carreras, de hecho estoy casi siempre, así que no me genera problema eso. 


¿Y sientes que en algún momento te ha faltado ese apoyo? 


- Mi esposa me conoció aficionado a la hípica, en ese momento yo era del otro lado, pero me apoyó a hacer lo que hago profesionalmente, como todos de repente ella quiere que esté más tiempo en la casa, pero nunca me ha hecho un problema porque tengo que estar en mi responsabilidad, o sea es mi trabajo, si fuera doctor sería lo mismo. Uno tiene que estar aquí para los caballos siempre, dispuesto a la hora que sea y si hay carreras más aún.

 

En la hípica no son todos momentos felices ¿Cuál ha sido tu momento más complejo en la actividad?


- He tenido varios momentos tristes. A veces los caballos se lesionan, se quiebran en la carrera y hay que terminar sacrificándolos, eso yo creo que es lo más complicado. Pero el momento más fome que me ha tocado vivir, fue una vez que salí dopado, o sea, no dopado, sino que yo corría un clásico de grupo y me equivoqué, habían cambiado recién la ley que impedía que los clásicos de grupos se corrieran con fenilbutazona y yo le puse fenil a mi caballo, porque estaba un poco metido en el sistema; viajábamos con el caballo en carro, llegábamos unas 5 horas antes de la carrera, le ponía una dosis de fenilbutazona que es un analgésico en el fondo, para ayudarle al caballo a que sí había tenido algún dolor o alguna incomodidad durante el viaje no repercutiera en la carrera, lo caminamos un poco y después salía el caballo a correr en el momento que le correspondía. 


Me traspapelé, de frentón no me acordé que ya no se podía correr ese tipo de carreras con ese producto y pasó la semana siguiente, llegó el examen de doping y mi caballo salió positivo a fenilbutazona, tuve que estar 3 meses de infantería,  hay que estar medio escondido, no pueden correr los caballos a nombre de uno, no puedes estar en la troya dando las instrucciones y eso es fome. 


La suspensión ha sido el momento más desagradable, espero que no se repita. Estamos siempre expuestos a los errores, somos humanos, trabajamos con un grupo humano además y de repente uno trata de minimizar al máximo el riesgo, pero a veces se escapa igual de las manos, esperemos que no vuelva a suceder.


¿Cuáles son tus ejemplares regalones?


- En toda mi trayectoria he tenido hartos regalones, los caballos míos son los que más he regaloneado porque uno les tiene un sentimiento más especial. Tuve al caballo Jim Morrison, ganamos hartas carreras, a veces en momentos en que más lo necesitaba, cuando uno está empezando, además uno cobra el premio de propietario y el de preparador, así que el cheque sale más grande, eso ayuda harto. 


Pero yo creo que los de este último tiempo los han me han marcado más son Savitar, Mufasa, Don Fanucci y Germanicus. Yo creo que son los caballos más importantes que he tenido y también uno se termina preocupando más por ellos porque son más delicados, hay otros que son un poco más "carne de perro", pero por lo general el caballo que es bueno es un poco más delicado. Hay que estar más encima de él, aunque tratamos de estar encima de todos, pero uno siempre le pega una segunda mirada a todo lo que le pasa a ellos.


¿Quiénes son tus jinetes de confianza?


- En este momento trabajamos harto con Ignacio Valdivia, con Gonzalo Ulloa, Jorge González siempre está corriéndonos algunos caballos. En su momento fue Jaime Medina, Guillermo Pontigo, tratamos siempre de buscar jinetes buenos. Al final los jinetes son parte fundamental, inclinan la balanza para uno muchas veces. Y los que te nombre son los de más confianza que tenemos, no es que desconfiemos de los demás, pero son jinetes que uno sabe que se la van a jugar por completo cuando uno los echa a correr.


A Ignacio Valdivia ustedes fueron uno de los primeros equipos en darle la oportunidad cuando regresó de su suspensión. ¿Qué los motivó a tomar esa decisión?


- Creemos que Ignacio Valdivia es un muy buen jinete, tuvo un problema de conducta que sin duda el tiempo y la madurez le han ayudado a superar, pero tiene condiciones innatas para ser un jinetazo. Es un jinete que es muy tranquilo, mide bien los tiempos. Además, con el caballo Roheryn se entendía muy bien, por eso también decidimos llevarlo al Latino, creíamos que era una oportunidad que él se había ganado y que necesitaba de ese bagaje, de estar metido en ese tipo de situaciones para mejorar aún más lo que tiene innato.


Los jinetes a medida que van atesorando experiencias, sin duda también que van mejorando mucho y él necesitaba esa experiencia, había otros que también han hecho méritos, pero han pasado por eso ya y creíamos que Ignacio era el adecuado para hacerse cargo del caballo.


¿Qué crees que te diferencia de los otros preparadores?


- Yo no sé si me diferencio mucho de los otros preparadores, ya que todos tratamos de hacer las cosas un poco parecidas, tratamos en el fondo de hacer las cosas bien, creo que a veces gana el que se equivoca menos y eso de repente es la decisión del momento. Uno a veces siente que el caballo está de una manera, tiene que hacer una cosa y decide hacer otra y toma un camino que no corresponde. 


Pero no creo que me diferencie mucho, yo creo que lo distinto es que quizás son los caballos que tengo, porque al menos en Viña, tengo caballos de primer nivel y esos caballos no corren tan seguido como los de los demás colegas que tienen ejemplares que hay que meterlos en el sistema y estar corriendo en el hándicap. En Viña hay carreras más cortas que carreras largas y por eso también corren más seguido. Pero no creo que sea porque el estilo de ellos sea ese o el mío sea distinto. Yo creo que más que nada el caballo va indicando que carreras tiene que correr y yo no puedo correr mis caballos en cualquier carrera, entonces tengo que esperar la carrera precisa que tienen ellos y eso va haciendo que uno trabaje de manera distinta.


¿Qué cosas cambiarías de la hípica nacional?


- Me gustaría que entrara más gente a la hípica, a veces se critica que se ha ido concentrando un poco la hípica, pero yo creo que es también producto que ha salido gente de la actividad y no se ha ido renovando. No ha ido entrando gente nueva, entran pocos. Y los que se han ido perdiendo como Matancilla o criaderos así grandes, los absorbieron otros haras que de otra manera hubieran desaparecido. Entonces tampoco es problema de ellos, si no que no aparecen nuevos o no se renuevan los que están para competir. 


Yo creo la hípica va un poco la mano también con cómo están las cosas en el país, siento que navegamos un poco dentro de las posibilidades, por ejemplo, en este momento la economía está mala, el juego está malo, los premios van a bajar y poco y nada se puede hacer contra eso, no se le puede obligar a la gente que esté apostando cuando no tiene plata para cubrir sus necesidades básicas. Cuando mejoren las cosas, quizás existan otros osados que quieran entrar a la hípica, porque hay que ser medio irracional para apostar por esto, es complejo. 


¿Qué es lo que más te gusta y qué es lo que cambiarias del Sporting? 


- A mí me gustaría que el Sporting corriera todo el año en pasto, o sea, haría un sistema para que la cancha de pasto pueda ser utilizada todo el tiempo, a mí me da vergüenza cobrarle flete a un propietario porque tenga que ir a correr un caballo modesto, no de primera línea al Club Hípico porque desde agosto u septiembre en adelante, no tiene carrera en Viña porque el caballo no se acomoda bien a la arena. 


Yo creo que en los tiempos que estamos podría hacerse algo, que sé yo, correr cada 15 días en pasto, no tiene para qué correr todas las semanas, pero sin duda eso le cambiaría al Sporting, la cancha está impeque eso no se puede discutir, pero si la cierran obvio que va a estar buena, pero es demasiado tiempo.


No sé qué más le cambiaría al Sporting. Este lugar es algo más romántico, es media irracional la hípica, parte de la irracionalidad es también el Sporting, uno corre por los mismos gastos que en Santiago, pero corre por un premio mucho menor, la competencia quizás es un poco más baja y los caballos tienen posibilidad de ganar más seguido carreras. 


Finalmente, los preparadores acá nos hemos adecuado a ese sistema y nos acomodamos un poco, pero lo que más me hace ruido es eso, que hay que cerrar la cancha. No me parece.


¿Es difícil vivir de esta actividad?


- Sí, no se gana plata acá, nada, hay muy pocos que deben tener plata trabajando en la hípica, pero es lindo, eso es lo importante. Si al final la vida no es para llenarse, los bolsillos de plata es para disfrutarla, para desarrollar la pasión de uno, para estar con amigos, para sacarle el jugo a eso y eso es lo que más da la hípica, relaciones entre personas, compartir la pasión. Yo creo que es lo más significativo de este mundo.


¿Cómo te ves en 5 años más?


- Aquí metido todavía, espero que la fuerza me dé para muchos años más, pero sin duda yo no me voy a mover acá. Yo creo que voy a salir con las patas para adelante del corral algún día. Espero haberme ganado un par de grupos 1 antes, pero voy a seguir acá.


Finalmente, algún mensaje para todos los seguidores de tu carrera que te tiran buena onda y te dejan mensajes felicitándote por tu trabajo.


- Yo le agradezco a todos, la verdad me siento una persona querida, al menos muchos enemigos no tengo, creo. Así que agradecerles siempre el apoyo a mis caballos, siempre salen bien jugados, a veces no tienen mucha chance, pero igual los juegan, pero eso les agradezco, nosotros damos siempre el 100, tratamos de llevar los caballos, cuando van a Santiago a correr, en la mejor condición, nos cuesta un sacrificio inmenso, cuesta plata llegar allá. Así que si mis caballos llegan allá que confíen en que van a tratar de hacer lo mejor posible.


Agradecido de todo el apoyo que brinda la gente, es increíble cuando yo traigo a los niños a las carreras y ellos se sorprenden y me dicen: "Oye, te saludo ese señor". De repente uno no los conoce o llega a Santiago y pasa lo mismo con gente que uno nunca ha visto, pero lo tienen individualizados a uno y lo hacen sentir más importante de lo que es. Por lo menos el ego me lo dejan por allá arriba eso es bonito y le agradezco de verdad a todos los que apoyan al corral.

Ximeno Urenda y Savitar
Ximeno Urenda y Savitar

Fotografías: Fotooficial.cl - Indice 1



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