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Braulio Gómez: "La hípica me ha dado todo"

Entrevista realizada por Daniela Muñoz

Edición por Ricardo Ortega


“A mí la hípica me ha dado todo”, indicó el preparador de 61 años que no oculta sus emociones al sentir un gran aprecio por parte de sus colegas y apostadores que le entregan su cariño cada semana en el recinto viñamarino.

Un viejo refrán espiritual dice que “la vida es un eco. Lo que envías, regresa. Lo que siembras, cosechas. Lo que das, obtienes. Lo que ves en los demás, existe en ti”. No hay mejor frase para iniciar el relato sobre un hombre que ha hecho un trabajo silencioso pero exitoso; que resalta por su sencillez y valores con sus pares, los mismos que han agradecido las enormes entregas de cariño cuando más lo necesitaban. El corazón del preparador Braulio Santiago Gómez Ávila es gigante. Un tipo que pese a sus 61 años de edad aún se quiebra muy rápido al hablar de su vida, la cual ha estado ligada desde el día de su nacimiento a la hípica nacional. Esta es su merecida historia…


En medio de las instalaciones del Valparaíso Sporting nos encontramos con el famoso “Corral G”, el cual te recibe por la atenta mirada de un notable “Absheron”, ejemplar que al momento de esta entrevista venía de ganar una carreraza en la arena de avenida Los Castaños. Junto a él asomaban sus cabezas “Inter Master”, “Heart Attack”, “Shadai”, “Pyongyang”, “Wawrinka” y “Buzarra Nistel”, todos habituales animadores de las jornadas viñamarinas cada semana.


Braulio, ¿Cuáles y cómo fueron tus primeros pasos en la hípica?


- Yo nací en el corral 4 del Sporting, el cual era de mi abuelo, que también era preparador. Recuerdo que me pusieron como meta estudiar, pero cuando terminé mi cuarto medio me "independicé". Me fui a trabajar a Santiago, a una importadora de un propietario de caballos y duré un mes, después me puse a trabajar con mi tío, Gabriel Ávila, que era preparador también y aquí estamos.


¿A quién consideras como tu mentor?


- Mi abuelo.


¿Por qué decidiste especializarte en la preparación de caballos de carreras?


- Porque este es un trabajo donde estás haciendo todas las cosas con mayor libertad, al aire libre. Yo trabajé en otra cosa y no podía estar encerrado. Acá tengo la libertad de hacer y deshacer. Estás en contacto con la naturaleza, con el animal. Me emociono porque esto se lleva en la sangre.


¿Es difícil este mundo?


- Sí, es complicado porque tienes que ser preparador, veterinario, herrador, psicólogo y una montonera de cosas más que implica tratar de hacer las cosas bien. Hay momentos en que estás abajo, en otros vas subiendo; se cortan las alas y vuelves a bajar, pero es bonito y me emociono porque se han dicho tantas cosas que no vienen al caso ahora.


¿Qué tiene de especial la hípica?


- He hecho tantas cosas en mi vida con respecto a la hípica. He podido estar junto a mi hijo; está la satisfacción de ganar una carrera. Eso no lo pagas con nada. Hay cosas tan lindas y simples como ir a tomar una taza de té o café en los corrales con tus colegas. Son cosas que en otro lado no puedes hacer, a pesar de que sigues trabajando, tu mente sigue dando vueltas y es un 24/7 de todos los días. No te podría explicar lo bonito que es ver a un caballo pasar la meta, ya sea en una carrera de índice 1 o en un clásico.


¿Es el mismo sentimiento?


- Sí. A veces cuesta más ganar una carrera de índice 1 que un clásico, porque a los caballos de índice 1 hay que buscarles el acomodo. Tal como le dije a un propietario amigo que me preguntó: ¿Qué hiciste con Absheron? Yo le respondí que nada. Solo le ajusté unos pernitos y resultó.

El corazón gigante de Braulio Gómez: “A mí la hípica me ha dado todo”


Tras un breve inicio, tuvimos que parar la entrevista por unos minutos. La emoción superó a Braulio Gómez. Sus ojos llenos de lágrimas reflejan el sacrificio a lo largo de estos años en esta actividad. Pese a perder muchas cosas en su vida, nunca dejó de tener un corazón enorme, uno que estaba dispuesto a dar la mano cuando otros colegas o amigos más lo necesitaban y sin pedir nada a cambio. Sin la ayuda de este preparador muchos habrían dejado de perseguir sus sueños. Nuestro entrevistado no olvida a uno, que está teniendo el mejor año de su vida en el Valparaíso Sporting.


¿Es verdad que has ayudado a mucha gente en sus inicios en Viña?


- Me van a hacer llorar más. Es malo ser autorreferente, porque hablar de uno es difícil, pero sí, he ayudado harto. Nunca he esperado nada a cambio. Uno de los más agradecidos es Jorge González Morales, a quien le tengo un enorme aprecio.


¿Te sientes uno de los preparadores más infravalorados en el Sporting?


- Posiblemente en el aspecto profesional, pero eso no me ha amilanado. He seguido adelante, llegué a estar con un caballo que fue “Donatelo” y después apareció “Bravo en el corazón”, volvimos a subir y nos hemos mantenido con el tiempo. En el aspecto humano y de las relaciones de amistad me siento querido. Siempre trato de ser amigo de todos y todas. Si alguien viene y me dice: “Oye Braulio, ¿tienes un saco de avena?”, yo respondo: “allá está, llévalo''. El otro día alguien me decía “pucha compadre, se me murió el caballo” y yo le contesté “¿qué le vamos a hacer?” todos le decían pucha que pena, pero son cosas que uno tiene que ir pasando, así es esto a veces.


¿Te sientes una persona querida en el Sporting?


- Yo creo que sí. Ustedes pudieron ver el trato que hay acá. Yo puedo estar tomándome un té con un empleado, con un dueño de caballos o un criador. No hago excepciones, y si alguno quiere hacer esa excepción conmigo es problema de ellos. Acá en la hípica tienes que ser condescendiente con todos porque el día de mañana puedes estar trabajando con una persona y al otro día estar enojado, a los 15 días después estás trabajando con él de nuevo, no puedes tener rivalidades. Yo hago mi trabajo silencioso, estoy en mi corral casi todo el día, tú no me vas a ver en la cancha parado, yo comparto lo justo y necesario, pero dentro de todo yo pienso que la gente me quiere, a su manera, pero me quiere.


¿Qué opinas de tus colegas en el Sporting?


- Si tú me hablas de preparadores que tienen renombre, Luis Catena para mí es un caballero; José Leiva un preparadorazo. A pesar de todo, uno tiene que ir sopesando, ver cómo se van dando las cosas, tratar de no tener enemistad con nadie. Si tú me ves de repente con Jorge (González) lo bromeo porque yo lo conozco de cabro chico; a Rafael Bernal también, jugaban con mi hijo. Hay un cariño enorme por ellos.


¿Cómo logras tan buenos resultados al año con un presupuesto más recatado?


- Esfuerzo, trabajo y estar atento. Si te fijas en las camas de mis caballos -en el pasto y la comida-, no les falta nada. Tal vez algunos pueden decir “¿qué le está poniendo el Braulio a Absheron que está ganando tanto?” Yo les digo que es trabajo, buena alimentación, buena cama y buscando ajustar el perno que es necesario para que el caballo funcione.


¿Podrías definir con una oración tu estilo de trabajo?


- Trabajo, trabajo, trabajo y pasión, nada más.


¿Quiénes conforman tu equipo de trabajo y qué significan para ti?


- Yo trabajo con mi hijo, Cristóbal, y con Ramón Olivares, que es el capataz del Sumaya pero es propietario de un caballo que lo tiene conmigo y trabajamos en conjunto. Mi hijo tiene su profesión, es preparador físico, pero la sangre es sangre.


¿Quién es tu jinete de confianza?


- Tengo dos jinetes de confianza: Sebastián Marín y Patricio Galaz, Y con ellos tengo los dos polos opuestos. Por un lado, Pato Galaz es rebueno para dormir. Es un muy buen jinete desde siempre, lo que pasa es que es muy flojito, dormilón, pero aún así corre y gana. En cambio, de Sebastián Marín puedo decir que es madrugador, trabajador. A él lo estimo mucho, y por fin se está poniendo las pilas, el otro día se pegó una doblona a buenos dividendos.


Igual uno tiene que adaptarse al medio, porque aquí en Viña no tenemos jinetes los días de semana, así que nos vemos en la obligación de hacer uno mismo la pega. Por ejemplo, a mis caballos míos los galopo yo; lo único que el jinete monta es cuando va hacer un trabajo en montura de silla.


¿Qué significa “Absheron” para ti?


- Uno de los mejores caballos que he tenido, pese a que hay varios como “Grabado en el Corazón”, “Pyongyang” que es mi regalón y que debió ser ganador clásico, pero lamentablemente por sus lesiones no pudo, “Frágil Recuerdo” y “Donatelo” que me ganó más de 20 carreras. También he tenido caballos de índice 1 que no me han fallado. Uno de esos fue “Lugar Bonito”. Todos me decían que estaba loco con lo que estaba haciendo con ese caballo; estaba fracturado de la rodilla, ¿Cómo lo galopas en la estaca?, me decían. “Sácale la estaca” y me ganó desde los 1.300 a 1.700 metros.

Esto es un trabajo silencioso, tampoco puedes decirle a tus colegas: “oye, yo hago esto con este caballo”, porque son detalles de uno, secretos profesionales, pero a los que yo estimo y puedo ayudarlos, lo hago. Le digo: “oye hazle esto o cámbiale acá”.


Sin ir más lejos, la otra vez a Jorge Gónzalez le dije “a este caballo Power Blue lo estás matando en esta cancha de arena, llévalo para el club que va a ganar inmediatamente”. Se lo llevó para el Club Hípico de Santiago, corrió con Nelson Figueroa y ganó de inmediato en el pasto. Entonces son cosas que uno tiene que ir aprendiendo, lo va dando el mismo trabajo, la experiencia, los años.


La polémica de Heart Attack en el Bartolomé Puiggrós


Uno de los momentos de más alta tensión que protagonizó Braulio Gómez este año fue tras el polémico resultado y posterior castigo que recibió por la Junta de Comisarios tras la disputa del clásico Pr. Bartolomé Puiggrós, primera etapa de la Triple Corona Local de los 3 años en el Valparaíso Sporting, donde muchos indicaron que su caballo Heart Attack debió ser el legítimo ganador de la competencia en vez de su rival “Ramsés”, del Stud Los Leones.


La problemática nació luego que este último cargará al ejemplar de Gómez en los 200 metros finales. El acta de la carrera indicó que la acción fue casual, sin consecuencia para el resultado de la carrera. Sin embargo, el preparador fue multado en $50.000 por un “comportamiento indebido en Sala de Comisarios”.


¿Crees que fuiste perjudicado en el Bartolomé Puiggrós con Heart Attack?


- De todas maneras, ahora me voy a poner polémico. Lamentablemente, yo lo dije y se lo manifesté a los comisarios y me costó, aparte que no hubo distanciamiento, una multa de $50.000 por comportamiento indebido en la sala de ellos, que de todas maneras no fue así. Para que todo el mundo lo sepa, yo lo único que hice fue entrar y preguntar: ¿quiero saber el motivo por el que no hubo distanciamiento? Uno de ellos me dijo que no hubo foul. Yo respondí: “perdón, ¿no hubo foul? Veamos la carrera de frente” Al momento de ver la carrera con la toma frontal le vuelvo a preguntar: ¿Y eso no es foul? Tras eso, me di la vuelta y los mire a los tres y les dije: “Por ser un preparador humilde no me dieron la carrera”. Esas fueron mis palabras y salí de la sala. No considero que haya sido falta de respeto o que me portara mal.


Siguiendo con el tema, el reglamento de carreras es claro y específico. Si hay foul debe aplicarse el distanciamiento, pero según los señores comisarios mi caballo buscaba hacia afuera, cuando el siempre, desde que ha sido potrillo, ha buscado cargarse a la baranda.


Lamentablemente, cuando uno alza la voz y no tiene la “categoría” que tienen otros preparadores, sale perjudicado y lo mismo pasó con Jorge González el otro día cuando le distanciaron el caballo “Mumo Querido”. Fue menos, yo creo que un 90% menos el foul que cometió y lo distanciaron pero, al mío no le dieron la carrera.


¿Cuál es la victoria que gritaste con el alma?


- No preparaba a mi nombre porque tenía los caballos con Jorge Veit, pero fue cuando me gané el clásico Valparaíso Sporting Club con “Donatelo”. Recuerdo que Jorge me dijo: “oye, estay weon como inscribes al caballo ahí”. Yo le respondí: “Póngase el mejor terno que tenga, porque el viernes se va a sacar la foto en el clásico”. Me dijo: “estás loco, venimos de ganar 1.300 metros como vamos a ganar 2.200 en pasto, mira con los caballos, corre a 51 kilos, vamos perdidos en el hándicap ¿Qué vamos a hacer?”.


En ese tiempo yo iba al partidor a pararlos. Recuerdo que la única instrucción que le di a José Villablanca, cuando hacía 51 kilos (risas), fue que saliera a correr un pedazo fuerte y después se viniera de “pato”. Cuando faltaban 150 metros quedó tercero, lo arma Villablanca y mete pescuezo. Pagó $34.5 a ganador. Creo que fui el único que hizo llorar a Jorge Veit, y eso que él se ha ganado el St Leger. Esa carrera la grité a fondo, a concho, porque era un caballo outsider, iba castigando en el hándicap y ganó.

¿Y la derrota que más te dolió?


- La derrota que más me ha dolido fue con el mismo “Donatelo”. Corría 1.500 metros. El mío tenía partida 2, uno de Carlos Vásquez, del Doña Sofía, partida 3 y otro que no recuerdo tenía partida 1. Parten y el del Doña Sofía le pega a mi caballo y este le pega al 1. Al final ganó “Donatelo”, llega segundo el 1 y me lo distancian por haber molestado en la partida. Fue el primer distanciamiento que hubo acá en Viña por molestar en la partida.


Otra derrota dolorosa fue con un caballito de índice 1, eso me dolió más todavía porque era un caballo complicado, que tenía problemas en las rodillas. Yo tenía la partida 14 y una yegua de Álvaro Fernández el 13 y otro más el 15. El mío era tan ligero, ese caballo venía adelante por tres, cuatro cuerpos en 1.000 metros; en el salto le saca como dos o tres cuerpos y la yegua de afuera lo sigue, lo topa y el mío topa el de Fernández. Mi caballo gana como por 6 cuerpos, igual me distanciaron del partidor. Esas dos son las que más me han dolido hasta ahora.


¿Cuáles son tus sueños por cumplir en esta actividad?


- ¿Sueños? Creo que todo preparador desea ganar un Grupo I o tener uno de los mejores caballos pero no me mata. Si se dan las cosas, se dan, sería algo bonito. No hablo de conformista, pero si se da la oportunidad de tener un caballo de esa estirpe sería genial. En caso contrario hay que seguir luchando con lo que hay. Esto yo no lo veo del punto de vista monetario, lo veo desde la pasión. Yo creo que el día que me quede en la casa me muero, hay muchos colegas y me incluyo que esta actividad le ha costado el quiebre de sus matrimonios, porque estas 24/7 acá y en los momentos malos a veces no sabes que hacer: alimentas tu casa o los caballos.

 
 

Las carreras de distancia: una necesidad para los propietarios y gremios hípicos del Valparaíso Sporting


Uno de los temas que siempre se comentan en varios lados del Valparaíso Sporting es la urgencia por programar más carreras de largo aliento para los ejemplares viñamarinos, con el fin de darle más atractivo al programa de competencias que deambula en los 1.100 metros por la arena y 1.000 metros por el césped (aunque últimamente el recinto de avenida Los Castaños se ha esmerado en programar más competencias de este tipo en sus jornadas hípicas).


La aspiración de tener un campeón local en los hipódromos nacionales nace por la necesidad de tener más carreras de distancia con el fin de “foguear” a los potrillos que están en la Ciudad Jardín, evitar la migración obligatoria a la capital y atraer más inversión hípica por parte de los propietarios de regiones.


¿Qué cambiarías de la hípica local y nacional?


- En el Sporting cambiaría muchas cosas, hay tantas cosas por hacer, mucha infraestructura que arreglar. Lo primero que haría es hacer una piscina para los caballos. Se lo dije a uno de los directivos cuando yo era dirigente sindical de los cuidadores: “Es tan fácil hacer una piscina para los caballos ¿Por qué no la hacemos?”. Una piscina para los caballos es como tenerlos en terapia constante, acá recibimos todo lo que de Santiago botan, todos con chips. Una piscina para un caballo chipeado o que tiene problemas de musculatura sería espectacular, lamentablemente la voz de los gremios en el Sporting no es escuchada y no por eso me los estoy tirando encima porque es la verdad.


Otra cosa que arreglaría sería un aumento de los premios, pero también hay que tomar en cuenta que el Sporting igual se ha metido la mano al bolsillo y nos ha entregado ayudas, eso hay que reconocerlo. No puedo ser mal agradecido, ya que en la pandemia nos ayudaron mucho con los bonos que pusieron en los premios.


Un tema importante a mejorar es algo que siempre hemos discutido con nuestros colegas y propietarios en Viña del Mar: el tema de las distancias. Me gustaría que hicieran más carreras largas en el Sporting, que permanezcan las competencias de 1.600 o 1.700 metros. Antiguamente, teníamos la pista chica de pasto que servía para esas distancias, y por la grande también había de 1.900 metros.


No podemos aspirar a tener un potrillo que corra El Derby o que corra El Ensayo si no tenemos carreras de fondo para ir probándolos y enseñándoles a dosificarse o salir más tranquilos. Acá estamos supeditados que cuando tenemos la cancha de pasto tenemos puros 1.000 metros y en arena puros 1.100.


Esta crítica apunta también por el lado de los propietarios de Viña que tienen dinero y han traído caballos costosos y se han tenido que llevar a los animales a Santiago, porque no podemos aspirar a tener un caballo de millones corriendo por tan poco en el Sporting. Es simple: no puedo ir a comprar a un remate un potrillo de 30 o 50 millones de pesos porque no tengo propietarios ni carreras para recuperar la inversión en Viña. Por lo tanto, la única manera de aspirar a tener un ejemplar que corra los clásicos selectivos de la generación es tener las carreras para ir dándole, yo creo que podríamos hacerlo, es cosa de voluntad y ponerle ganas.


¿Hace cuantos años que no tenemos un representante que tenga la primera opción para ganar El Derby? Muchos, muchos años.


Uno de los que han invertido harto es el Stud Los Leones. Ellos han gastado mucho dinero, traen caballos de Argentina y mira los resultados. Van al Club Hípico y ganan de los 1.600 metros para arriba porque hay carreras para correrlos. Si nosotros tuviéramos eso mismo acá, a lo mejor los potrillos se foguearían acá y después iríamos igual a correr a Santiago.

Yo me preguntó: ¿Hay un caballo que haya ganado El Ensayo pero que sea de Viña? Creo que de la época de “Rayita”. No podemos apelar a tener buenos ejemplares si no tenemos calidad, ni carreras.


(En ese momento estaba en el corral el cuidador de “Rayita”, quien nos contó que este ejemplar ganó El Ensayo más o menos en el año 65 y que ganó muchos clásicos más)


Nos contabas que si te vas del Sporting te mueres, pero ¿hasta qué edad quieres seguir en esta actividad?


- Hasta que ya no pueda más, mi abuelo se murió acá en el Sporting, andaba con bastón porque sufría de artrosis. Esta cuestión aparte de ser una pasión, es tu motor de vida, no lo encuentras en otra pega. Yo tengo muchos amigos que les gustaría trabajar en hípica, pero no pueden por cuestión de lucas. Al final, el dinero no te paga la felicidad, tranquilidad, el ir a tomarse una taza de té a media mañana con tus colegas.


¿Qué le dirías a toda esa gente que te saluda, habla bien de ti y expresa cariño hacia tu persona?


- Agradecido de todos. A mí lo que me emociona es que cuando yo gano toda la gente se alegra. Eso quiere decir que te quieren y que te estiman. Es ahí cuando pienso: “pero yo no soy tan importante ¿por qué tanto cariño?” Son cosas que igual te llenan el corazón y el alma, especialmente para alguien tan llorón como yo.

 

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Braulio, esta última parte es tuya. Háblale a toda la gente que leerá esta entrevista y conocerá un poco más sobre tu vida, donde destacas como un gran preparador y como una excelente persona.


- Decirles que sigan los caballos míos, siempre van para adelante, nunca para atrás. También que apoyen a la hípica, que sigan viniendo a verla. No es una mafia como dicen muchos; no estamos arreglados, porque no se puede. Hay mucha transparencia, hay cámaras de televisión, el control de dopping. Tal vez antiguamente puede que hubiera gente tránsfuga pero ya no están, así que sigan queriendo a la hípica, sigan apasionándose con esta linda actividad. Se han hecho todos los arreglos posibles para que la hípica mejore, como los cambios de huascas, las camas de los caballos, la alimentación, la vitaminización, están mejor cuidados que uno.


Así que vengan al Sporting, vean como es el espectáculo, la emoción de ganar una carrera, lo lindo que es disfrutar con los amigos tomando un té o un trago y tratar de levantar la actividad, que no está alicaída, pero puede existir un momento en que vayamos en picada por los problemas económicos del país. Pese a eso, somos como el ave fénix, siempre renacemos de las cenizas.-


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